Disfrutar de la fauna en libertad es realmente espectacular y adictivo, y una de las experiencias más gratificantes que he tenido en este campo es la berrea del ciervo. La primera vez que la disfrutamos fue un poco por casualidad, visitando el Parque Nacional de Yellowstone; después de ese primer contacto, nos quedamos con ganas de verla con más detalle, y tras un intento totalmente infructuoso en la Reserva Nacional de Caza de Boumort (Lleida) hace un par de años, el pasado septiembre decidimos ir a buscarla, y nos desplazamos a Dinamarca para ver si teníamos más suerte.
Y la suerte esta vez sí nos acompañó, disfrutando durante tres días de este espectáculo natural que nos regaló imágenes imborrables de los machos bramando -como el magnífico ejemplar que aparece en la imagen-, una falsa carga de uno de ellos sobre el grupo de fotógrafos donde nos encontrábamos, o una espectacular pelea de dos machos a apenas 50 metros de distancia de donde nos encontrábamos, fascinados ante aquella demostración de fuerza que sí habíamos visto en documentales, pero que en vivo era absolutamente asombrosa.