De las fotos que hice hace unas semanas en las 24 Hores de Motociclisme, me gustan muchas, pero si tengo que escoger una, me quedo con la que os enseño hoy en esta entrada. No la elijo por el momento o por su complejidad técnica, sino por su luz. Esa luz dorada del amanecer lo llena todo y la hace especial -al menos para mí- y diferente también, pues en competición rara vez tenemos buena iluminación y casi siempre nos tenemos que pelear con la temida luz dura o con aburridos días nublados.
Por eso me gusta la resistencia, porque te permite captar cosas diferentes. Ya otros años había querido probar a hacer fotos durante el amanecer, pero como siempre me acabo quedando por la noche hasta muy tarde en la zona de boxes (me encanta el ambiente nocturno del pit lane), lo de llegar al amanecer se hace complicado 😉 . Pero este año me lo propuse firmemente, y aunque inicialmente pensé no quedarme hasta tan tarde en boxes, al final me quedé igualmente jajaja, y el objetivo lo logré a costa de dormir sólo 2 horas, para llegar al circuito sobre las 6 de la mañana. Pero al menos, el esfuerzo bien valió la pena 🙂
Os dejo un enlace con más fotos de las 24 Hores: pulsad aquí.