Hacía tiempo que quería fotografiar la carismática Torre Agbar iluminada, pero al no encenderse ya por las noches -supongo que por motivos «verdes»-, he tenido que esperar a estas Navidades en las que por unos días nos ha vuelto a ofrecer su llamativo colorido.
Sin opinar sobre su polémica forma, que para bien o para mal ya forma parte del skyline de Barcelona, para mí lo realmente espectacular es su sistema de iluminación, formado por 4500 luminarias que pueden encenderse, apagarse y cambiar de color una a una y de forma controlada, convirtiendo el edificio en una especie de monitor de 145 metros de alto.
Aquí os dejo una imagen con su iluminación estática más típica.